jueves, 10 de mayo de 2012

El culto al rulo

Me desenredo el pelo, no constantemente pero si seguido. Esos rulos que parecen burlarse 
de mí cada vez que los miro. Fijo o de reojo, ahí están con toda su infame alegría, a veces me
desesperan. Es por eso que los desenredo, no es que no pueda ver tanta felicidad junta, no 
es eso. Los desenredo porque quiero ser como ellos. Desenredar esta vida problemática, monótona y triste. Los desenredo para aprender, para que me enseñen.




También están esos otros, los que no llegaron a ser rulos, pero que lo llevan en su interior, no 
sabría decir si en el cuerpo mismo del pelo o en la raíz capilar. Pasando la abertura del poro 
es otra cosa. Esos son los que abundan, extensas superficies llenas de este pelo. Y cuando 
no tengo pelo, mi piel no es mi piel.


Pelos, pelos, pelos, pelos. Escribiría la palabra hasta que en mi mente perdiera el sentido.


Pero los que más me gustan son los pelos de la pelvis ("de la concha" queda muy fuerte?) . 
Que placer desenredarlos. Porque estos son tan conocedores como los otros grandes rulos, 
pero me hablan diferente. Esos pelos que con espíritu rebelde asoman por los costados de la 
bombacha. Ahí, siempre altivos, como queriendo decir que hay algo más que aquellos
cuerpos pelados, que la realidad es otra. 


Los pelos saben.

3 comentarios:

  1. Problemas con la edición! luche pero no lo consegui! mil disculpas!

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  2. ¿ Oda al pelo ?

    Los pelos saben, nos conocen desde cuando no teniamos conciencia de los mismos pelos ...

    Buen blog

    SL2

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  3. Gracias Leo!...nos estamos leyendo, Abrazo

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